Marcelo Vorobiof

Mi nombre completo es Marcelo Héctor Vorobiof. Nací el 08 de Enero de 1953 en la ciudad de Santa Fe, Argentina. El día era jueves y la hora exacta, las 11:05 de la mañana. No es difícil recordar, cuando durante mis más de 60 años de vida mi madre me ha llamado para felicitarme por mi cumpleaños siempre a esa misma hora.

Soy el segundo hijo de una familia típica en la que se respiraban aires de estudio y trabajo, la familia Vorobiof. Mi padre tenía un negocio independiente relacionado a la fabricación de muebles, mi madre siempre estaba ahí para nosotros, sus hijos, o para quien necesitase de su ayuda. De ella aprendí la generosidad y la ayuda al prójimo y la comunidad a través de sus aportes a diferentes asociaciones.

Mi infancia y mi adolescencia en Santa Fe, se vivían días de juego, de deberes escolares, de amigos y vecinos.

Los años del primario transcurrieron grata y tranquilamente en la Escuela Lavalle. El secundario lo estudié en la Escuela de Comercio. Todavía conservo amistades de aquella época, con quienes nos reunimos al menos dos veces por año.

A los 21 años me gradué de Contador Público Nacional en la Universidad Nacional del Litoral, en mi amada Santa Fe. Ahí nomás me case con mi esposa Mónica, con quien tuvimos 3 hijos hermosos.

En nuestro proyecto juntos, lleno de ideas, con visiones y convicciones claras, decidimos quedarnos y apostar a Santa Fe, nuestra Ciudad. La ciudad que había recibido a los comienzos de 1900 a mi abuelo, quien llego escapando de las persecuciones a los judíos de Europa.

Yo agradezco muchísimo que esta ciudad haya recibido a mi abuelo con brazos abiertos, dándole trabajo y permitiéndole desarrollarse como persona y eso haya permitido que yo creciera en ella.

Amo Santa Fe, la ciudad que me dio todo, que me vio crecer a mí, a mis hijos y ahora a mis nietos, mi familia. Una ciudad que, si bien ha sido siempre bastante conservadora pudo, en los últimos 10 años comenzar el despegue del desarrollo y progreso que necesitaba para florecer y hacerse notar a nivel nacional.

Desde mi lugar siempre trabajé para dejar mi huella en esta ciudad a través de cada uno de mis emprendimientos comerciales y mi compromiso social. Nunca me interesó hacer lo que está de moda sino que busco siempre ser parte de algo sustancial y significativo, que beneficie y marque la diferencia para mis co-ciudadanos.

Mi compromiso lo compartí a la sociedad Santafecina y a mi familia. Mis hijos, a quienes eduqué con mucho criterio pero sin quitarles su libertad, lo saben y están invitados a sumarse a mis proyectos.

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De casitas bajas a torres espejadas. Santa Fe en el tiempo.

A días del Censo Nacional, me agarró un poco de nostalgia. Y me puse a pensar. Pensar en cómo había cambiado mi provincia de Santa Fe.

De chico una maestra me explicó que un Censo es como una foto: sirve para captar la realidad de un momento específico. Por eso me pregunto… ¿Cómo cambió la foto de aquella Santa Fe cuando era chico a lo que será la de este año?.

Uno siempre quiere lo que no tiene. Cuando era chico, siempre viví en casa y envidiaba a mis pocos amigos, contados con la mano, que vivían en departamentos.

La realidad es que cuando yo era un niño y vivía junto a mi familia, Santa Fe era una ciudad de casas y lo diferente era vivir en un lugar con pisos, balcones, ascensores. Eso llamaba mi atención y me resultaba tentador. Fantaseaba con el día que pudiera vivir en un departamento.

En el año 2018, cuando mi fantasía de vivir en departamento se había terminado, recuerdo que me sorprendí al leer una nota publicada en diario El Litoral que afirmaba que en la última década se habían construido más de 250 edificios en la ciudad.

Me sorprendí porque me parecía ayer cuando paseaba con mis amigos por el barrio lleno de casas, pero sin darme cuenta yo había sido coetáneo y hasta partícipe del cambio del perfil de la ciudad. De casas bajas que hoy son torres que alcanzan los casi 30 pisos.

Y yo, hoy fantaseo con que el tiempo vuelva atrás, los pisos se derrumben y volvamos a estar todos a la misma altura.

Marcelo Vorobiof

Marcelo Vorobiof - Censo Nacional
Censo Nacional – Marcelo Vorobiof

Perdimos a un grande, falleció “El chiquito” Campanella

“El chiquito” ocupó funciones públicas y legislativas, pero por sobre todo: ocupó un lugar fundamental en la vida de nuestra familia.

Nacimientos de hijos, cumpleaños familiares, navidades, son solo algunos de los recuerdos que me vienen a la cabeza con pienso en Roberto Emilio Campanella. No de sangre, pero sí por elección, armamos un vínculo de familia. En donde sus cosas pasaban a ser también mías y las mías suyas.

Compartimos los momentos más felices, como también los más tristes. Y este es el primero de tanto dolor que tengo que transitar sin él a mi lado.

Mi amigo fue una víctima más de esta pandemia. El Covid nos dejó sin poder compartir los últimos años de nuestras vidas. Pero si algo nos enseñó, fue a vivir la vida con felicidad, alegría y pasión. Es por eso que así lo quiero recordar.

Para los que no lo conocen, Roberto Camapanella fue diputado provincial, director de la Caja de Jubilaciones y Pensiones y secretario Parlamentario en el Senado. Su último cargo público fue una banca de concejal en la ciudad. Fue precandidato a intendente. En el deporte, ligado al rugby de Universitario.

Compartimos nuestra pasión por el servicio a la comunidad, ámbito donde también se sentirá mucho su vacío. Desde mi lado, prometo seguir apostando a nuestros ideales y luchando por todo lo que el Chiquito defendió y luchó para hacer de nuestra provincia una más próspera. ¡Buen viaje, amigo!

Marcelo Vorobiof