Finalmente los Argentinos nos encontramos inmersos en un debate que tiene más que ver con los contenidos que con las formas. Nos interesa más la reflexión sobre el proceso de la dictadura y lo que marco para siempre en nuestro país, que meramente discutir sobre un feriado puente. Por primera vez en la Argentina el debate no gira alrededor de las implicancias de un feriado en la economía o el turismo y su ajuste en un calendario, sino en lo que verdaderamente representa para todos.
El 24 de marzo no es una fecha menor. Se conmemora el “Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia” en torno a todas las victimas que causo el proceso militar durante la década del 70. Dicho acontecimiento político si bien atravesó a una generación de argentinos, nos marcó como país para siempre.
Hoy hasta los más jóvenes saben de qué trata esta fecha, instaurándose en nuestra memoria colectiva como la época donde el estado se impuso a la fuerza equivocándose en las formas de ejercer su poder.
Hoy siguen los debates y opiniones con el anhelo de entender y de no volver a caer en el horror. Después de mucho tiempo, la memoria nos interesa, nos emociona. El 24 de marzo es una fecha que llega para quedarse inamovible; para que como sociedad reflexionemos, conforme sigan los debates públicos o en TV, escuchemos diferentes voces, la estudiemos en las escuelas y conmemoremos.
Es por todo este anhelo de memoria, verdad y justicia, que lo más trascendental que debería ocurrir ese día, es una jornada de reflexión escolar, en donde se analice lo que verdaderamente que pasó, sus consecuencias y los valores de la democracia para defenderla y así sostenerla.
Si lo importante es discutir si ese día es feriado o no, si se lo traslada o se hace puente, y por lo tanto nadie trabaja o estudia, es no entender el significado del 24 de marzo.