La actividad, que en la siembra demanda un 10 por ciento de mano de obra en 6 meses aumenta al 70, tanto para la recolección como para el procesado del producto para exportación.
Por ejemplo, el establecimiento Las Brisas cuenta con una sala de proceso donde mujeres despalillan, lavan, cortan y verifican la calidad de la fruta. La elección de tener sólo mujeres en este proceso se debe a que las mujeres son más hábiles y delicadas con las manos. Algo que resulta fundamental para el correcto manipuleo de la fruta, y que a la larga determinará una mayor calidad en el resultado final del producto.